Algo me dice que mientras cocino todo es malo, malo, malo para muchos
Por mi cuenta, noté (y de muchos de mis amigos) que las vacaciones de Año Nuevo son más relajantes de lo que me gustaría. Te sientes como un oso que está a punto de entrar en hibernación. A veces ni siquiera quieres moverte.
Como dice un viejo amigo, me convierto en ameba. Estoy tumbado en el sofá rascándome la vacuola digestiva con un pseudópodo... ¡Es una pena que para llenar la vacuola digestiva necesites realizar algunas acciones! ¡Y así la pereza!
Por lo tanto, hoy en día, una receta no es una receta, sino un truco de vida, se podría decir.
Un plato para el desayuno (y para la cena probablemente también irá a almorzar), de todos los conocidos y siempre disponibles. productos, pero con una presentación interesante y un pequeño matiz: el romero le da una nueva, un poco más interesante, sabor.
Nosotros tomamos:
- Un número par de rebanadas de pan: dos rebanadas de no come. Lo mejor de todo es el pan en forma de "ladrillo grande", si todavía lo hornea, o simplemente tostador.
- Huevos - uno por persona
- 50 gramos de mantequilla
- Una cucharadita de hojas de romero frescas finamente picadas o una pizca de
- 1-2 dientes de ajo
- Sal y pimienta para probar
Como cocinamos:
Pelar y triturar los ajos. Lo añadimos junto con el romero a la mantequilla, sal, un poco de pimienta, si queremos, y amasa todo bien.
En la mitad de los trozos de pan, corte la mitad con un cortador de galletas o solo con un vaso.
Engrasar trozos de pan enteros con mantequilla, romero y ajo.
Extendemos las piezas con el centro recortado sobre ellas, las presionamos un poco para que se conviertan en "casi un todo".
Rompe un huevo en cada centro. Sal, pimienta, mete al horno 10 minutos (quizás un poco menos, según tu horno), a 200 grados. Por cierto, ¡no olvides poner también los centros recortados en el horno!
Ya está listo el desayuno o la cena, o un refrigerio.
¡Buen provecho!