Aquí tienes un consejo útil para que no tengas que remojar las galletas de bizcocho con jarabe de azúcar.
Cada vez que horneo una galleta, la dejo enfriar un poco y luego la meto en el refrigerador. Muchos podrían pensar que así es como lo guardo para guardarlo, pero este no es el caso. Déjame decirte por qué.
Aquellos que han horneado una galleta para un pastel al menos una vez saben que si intenta cortarlo en pasteles de inmediato, la galleta se "romperá" y se desmoronará con fuerza. Esto se debe al hecho de que durante el horneado, la humedad se acumula dentro del centro y los bordes se secan. ¿Por qué?
Es simple. Cuando la masa en el molde entra al horno, se calienta gradualmente: desde los bordes hacia el centro. Por cierto, es por eso que la galleta a menudo sube en un “deslizamiento”. Por la misma razón, la preparación de la galleta debe verificarse en el centro y no en los bordes.
Después de hornear, sacamos la galleta y la dejamos enfriar. En este momento, la humedad comienza a salir de la galleta aún caliente. Y para cuando empezamos a recoger el bizcocho, la galleta se seca tanto que tenemos que recurrir a remojarla con almíbar.
Pero gracias a que envuelvo las galletas en plástico, nunca las saturo y siempre están mojadas. Como esta pasando esto?
Inmediatamente después de hornear, dejo que la galleta se enfríe un poco, luego envuelvo la galleta aún caliente en una película adhesiva en contacto y para que no queden huecos. Después de eso, lo puse en el refrigerador durante 3-4 horas.
Mientras el bizcocho se enfría en el frigorífico, la humedad que se ha acumulado en el centro se distribuye gradualmente por todo el volumen del bizcocho. La película adhesiva evita que se evapore. Es importante que la galleta esté bien envuelta, de lo contrario se formará condensación en la película debido a la caída de temperatura.
Antes de montar el bizcocho, saco el bizcocho del papel de aluminio y lo corto en bizcochos. Se corta fácilmente y no se desmorona. Los pasteles son suaves y prolijos, y lo más importante, húmedos.
¿Conocías este método?